Mientras desde el Salud, su responsable, María Ángeles Alcutén, responde al desbordamiento de las urgencias detectado en los últimos días abriendo camas que puedan absorber parte de la presión, los profesionales sanitarios siguen insistiendo que solo son parches para paliar una mala gestión del servicio, con carencias de personal en sustituciones y de recursos para ingresos. Tomar medidas deprisa y corriendo para dotar a la sanidad pública que pagamos todos de los medios necesarios no es el mejor sistema para garantizarla. Los servicios, y más el de Urgencias, necesitan planificación, previsión, dotaciones que puedan actuar incluso en momentos de fuerte presión asistencial. Conformarse con menos sería renegar de uno de los servicios públicos con más prestigio ante los ciudadanos y cuya decadencia es visible día a día.