Hay empresas privadas que funcionan bien y otras que funcionan mal y hay empresas públicas que funcionan bien y otras que funcionan mal. Desgraciadamente Renfe/Adif pertenecen a este último caso y es más bien por pura dejadez. Les puedo contar alguna anécdota graciosa, por ejemplo, en la estación de Goya, donde solo hay una vía (y tras la vía una pared infranqueable), te indican repetidas veces por megafonía que no cruces las vías, lo cual es difícil salvo que seas capaz de atravesar muros. Ponen exactamente la misma megafonía en todas las estaciones del país.

Asimismo, les puedo comentar que en Delicias lleva al menos 5 meses sin funcionar (con un cartel que pone no funciona) el indicador del andén 7. ¿Para qué arreglarlo? En un ejemplo de audacia empresarial prohibieron subir bicis al tren, porque decidieron poner en el espacio reservado a las mismas una máquina de 'vending'. Naturalmente me parece una mala idea, poco amigable con la intermodalidad y la ecología, pero podría tener sentido si al menos la máquina no estuviese estropeada. Es gracioso también leer en el panel de salidas de trenes la expresión «Convoy con material convencional», que le recuerda a uno al lenguaje empleado en películas de narcos, aunque imagino que en este caso no significará lo mismo.

Estos ejemplos son pequeñeces, puras anécdotas, pero reflejan una actitud de dejadez. El problema es que esta es también la actitud para decisiones importantes. Por ejemplo, hace 17 años que el AVE llegó a Zaragoza y pasa al lado de Barajas. ¿Sería descabellado haber hecho una parada de AVE en el aeropuerto como se está planteando ahora? Lástima, no se les ocurrió mirar a Bruselas, París o Ámsterdam. Y ¿qué me dicen del hecho de que hace 20 años que puedes buscar vuelos en internet con conexión, sin conexión, de la misma compañía, de otra y que todavía Renfe no sea capaz de mostrarte las conexiones entre sus propios trenes? (Prueben a buscar un billete a Málaga, solo sale el directo). Otro hito de dejadez unido a esnobismo fue dedicar la mitad de los AVE a clase Business y Preferente que tenían 3 vagones de 6. Más de dos décadas les costó darse cuenta de que la clase turista es suficientemente cómoda y que el viajero lo que quiere es llegar rápido y barato, y durante dos décadas fue medio tren casi vacío porque los precios eran inasumibles. Confiemos en que la llegada de los ferrocarriles franceses que han anunciado Alta velocidad a 9 euros el trayecto les haga cambiar de actitud.