En la Delegación del Gobierno en Aragón no ha sentado bien que algunos de los más allegados a la familia del desaparecido Victor Da Silva digan que han recibido presiones políticas del entorno de esa institución para no realizar concentraciones con el objetivo de mantener vivo su recuerdo. En el gabinete del delegado aseguran que sobre el derecho de reunión o manifestación no se presiona a nadie. La Policía sigue investigando pero sin resultados.