No se puede establecer una relación causa efecto entre el aumento de la criminalidad en Aragón y la fragilidad de sus plantillas policiales. Pero es cierto que en los últimos años ha ido bajando el número de efectivos en estado de revista en las comisarías y en los cuarteles de la comunidad. Ahora que el Gobierno se dispone a aumentar el número de agentes, Aragón merece especial atención. Y mientras los alumnos que en un tiempo se convertirán en policías y guardias se forman, no estaría mal que dejara de tirarse de las plantillas asignadas a Aragón ante cualquier contingencia en otros puntos del país. Aquí son necesarias.