El derbi amistoso de fútbol que ayer disputaron en El Alcoraz Huesca y Zaragoza debe de ser todo un guiño para afianzar las relaciones entre las dos entidades, muy deterioradas en los últimos años. Las dos sociedades deportivas más importantes de Aragón tienen que recuperar la tradición de este partido veraniego --no se celebraba desde el año 2007-- y, además, deben ahondar en sus relaciones con un espíritu nuevo. Huesca y Zaragoza tienen fines renovados y el apoyo mutuo será bueno para lograr esos objetivos más inmediatos.