Hoy se juega el derbi aragonés más decisivo de toda la historia. El que puede dejar a los blanquillos a las puertas de Primera División o el que puede acercar a los azulgranas a los puestos de ascenso directo. Se disputará en una Romareda vacía, silenciosa, sin público que pueda empujar a su equipo hasta la victoria. Hoy sí que será más que nunca un duelo por todo lo alto, el décimo enfrentamiento entre los máximos exponentes del fútbol aragonés, un encuentro de 10. El Zaragoza puede dormir hoy como líder de la categoría después del pinchazo del Cádiz y todo ello sin el calor de una afición que se tendrá que conformar con animar a los suyos través de la pantalla. Cuando el pitido final resuene por la gradas vacías del estadio, buena parte de las opciones de ascenso directo de ambos conjuntos ya estarán definidas, y el jubiloso grito de los aficionados romperá el silencio de alguna de las dos ciudades.