Los empresarios aragoneses mostraron ayer su preocupación por la situación en Cataluña. Aciertan: ningún colectivo puede sentirse ajeno a la deriva de los acontecimientos desde que a principios de mes el Parlamento de la comunidad vecina sentara las bases para organizar un referéndum ilegal por la independencia. Los intereses aragoneses son los más expuestos a las turbulencias que genera la deriva secesionista catalana, por lo que no es hora de estar callados. «Esto también va con nosotros», como vino a recordar ayer el presidente de la patronal aragonesa, Fernando Callizo.