Ibercaja afronta un año decisivo para su salida a bolsa. Todavía no se han despejado las principales incógnitas: la fecha, aunque todo indica que sería en otoño, y el precio de las acciones. Y entre tanto va adaptando la entidad a las condiciones que necesita cumplir para pisar el parqué. Condiciones que pasan por deshacerse de activo tóxicos o improductivos, reducir la participación de su fundación y que implicarán, también, nuevos ajustes de plantilla.