Hacía tiempo que los políticos catalanes no desbarraban en cuestiones que afectan a las relaciones con Aragón. Pero, ayer, la consellera de Salud, Alba Vergés (ERC), tuvo oportunidad de estar callada y la desechó. Pidió a los aragoneses de la Franja, que tienen como hospital de referencia el Arnau Vilanova de Lérida, que no acudan si tienen síntomas del coronavirus ante el aumento de ingresos ilerdenses que les ha obligado a levantar hasta un hospital de campaña. Unas declaraciones que tuvieron respuesta en su homóloga aragonesa, Sira Repollés, quien recordó que donde tienen que ir es a los centros de Atención Primaria, que son los que derivan a un hospital si es preciso. No era necesario exhibir esa falta de sensibilidad con ciudadanos de una comunidad que, ante una presión sanitaria menor en plena pandemia, ofreció plazas hospitalarias a otras autonomías que las necesitaran.