Las estadísticas no describen la realidad personal, pero ayudan a interpretar la globalidad social. Como recoge el Instituto Aragonés de Estadística, la economía de los hogares tiene que hacer equilibrios para llegar a final de mes o mantener las necesidades de gasto cuando los ingresos no acompañan. Dos cifras reflejan el conflicto: mientras los gastos medios por familia alcanzan los 28.566 euros anuales, los ingresos no superan los 26.241. No cuadra. O se incrementa la deuda familiar, algo difícil en tiempos de restricciones del crédito o hay un gasto no registrado como ingreso que distorsiona la media. Además, en cinco años, los gastos por vivienda y de servicios como el agua y la electricidad se han incrementado notablemente. Y los ingresos o se han estancado o se han reducido. ¿Repunte del consumo? Las cifras no lo confirman.