Dice el alcalde Belloch que es más eficaz para Zaragoza cuatro horas de despacho convenciendo a Siemens sobre las posibilidades de futuro de la ciudad que bajar a la calle a ver el estado de las alcantarillas. Sin duda que es más eficaz, sobre todo cuando el resultado son los compromisos ya firmados por Siemens, compromisos que llenan de esperanza a unos ciudadanos escaldados de promesas y promesas que cuando se cumplen están prácticamente diluidas. Preparar la plataforma del 2008 es un laborioso trabajo político, técnico y diplomático, en el que el alcalde no regatea esfuerzos para tenerlo todo controlado. Pero el tránsito entre la ciudad provinciana que es y la europea que se pretende no tiene que repercutir de forma negativa entre los ciudadanos, que tendrán que afrontar nuevas subidas de impuestos para que la ciudad pueda seguir con la directa puesta. Por eso es importante que las alcantarillas también merezcan la atención del alcalde.