Después del memorable partido en el que el Real Zaragoza consiguió su sexta Copa del Rey, el club organizó una cena fría para hacer un brindis con los héroes de la noche, brindis en el que participaron las autoridades aragonesas y zaragozanas desplazadas a Barcelona. Los anfitriones sirvieron una cena de pie para que todo el mundo pudiera felicitar a los jugadores. Y así fue. Pero después del impresionante partido jugado y de la ronda que hicieron por radios y televisiones lo que les pedía el cuerpo a los jugadores era una silla, aunque la alegría pudo con todo.