Paso por León por asuntos literarios, y en la aburrida sucesión de hechos previsibles me encuentro con una perla entre la arena, y es la original iniciativa de un partido político. "Original" y "partido político" parecen términos antitéticos, pero ya se sabe que, donde menos se espera, salta el ingenio. El partido es UPL (Unión del Pueblo Leonés) que, ante la avalancha de inauguraciones llevadas a cabo por sus contrincantes políticos y que asolan España, ha organizado una serie de actos para hoy, viernes, con objeto de inaugurar la catedral de León.

Y no se crean que va a ser una reunión festiva e informal al estilo tuno, sino que cuenta con reunión, traslado de comitiva, carpa instalada y vino español. Lo propio sería el Te Deum , pero me imagino que el obispo de León no está para prestar el recinto.

Creo que ya he escrito que a la segunda semana de comenzar a trabajar en este oficio extravagante que llamamos periodismo, asistí a la inauguración de un puente que había sido inaugurado unos días antes. Y es que habían nombrado en la provincia a un nuevo gobernador civil, y el puente, que algunos ciudadanos le pasaron a llamar Puente de la inauguración , recibió las solemnidades del gobernador que se iba y los protocolos amorosos del que llegaba.

Primeras piedras y penúltimos brochazos son tareas de obligado cumplimiento durante el celo electoral, esta berrea en la que los candidatos están cachondos de cámaras y fotógrafos. Y el PNV en su territorio, y la Junta de Andalucía en su ámbito, y el tripartito donde pueda, y el PP en casi todas partes, convocan a mis colegas, que van azacanados de inauguración en inauguración, y de primer ladrillo en primer ladrillo. No me escandalizo. El otro día la Nasa estuvo a punto de inaugurar Marte.

Por eso, UPL ha organizado la inauguración de este edificio gótico, conocido como catedral de León. Después de siete siglos... ya era hora.

*Escritor y periodista