El boom de la novela negra en España ha invitado a escribir una serie de ensayos sobre el estudio del género. El último de ellos, seguramente el más completo, acaba de publicarlo el sello Alrevés, especializado en novela negra, bajo las firmas de Alex Martín Escribá y Jordi Canal i Artigas. Se titula A quemarropa y consta de dos volúmenes ilustrados por portadas míticas de autores igualmente legendarios, arrancando del origen del género.

Raíz para la que algunos han apuntado referencias tan antiguas como la Biblia (el primer crimen en la historia sería el de Caín sobre Abel). A partir de La Ilustración, otros creyeron encontrar su inspiración en el Zadig de Voltaire o en las memorias de Vidocq, aquel delincuente parisino que acabaría dirigiendo la Prefectura francesa. Alex y Jordi opinan, pienso que con buen criterio, que el nacimiento del género policíaco habría que buscarlo en el relato de Edgar Allan Poe Los crímenes de la calle Morgue, publicado en 1841. De dónde pudo iluminarse Poe para crear a su detective Dupin, el primer investigador privado de la literatura contemporánea, sigue siendo un misterio. Puede que en Byron, en Walter Scott, tal vez en la figura y en la vida de Vidocq, pero el caso fue que el gran Edgar Allan ingenió un nuevo género y le dio consistencia y normativa.

A partir de allí, con la valiosa aportación de Wilkie Collins (inventor del suspense), y la decisiva creación de Conan Doyle, padre de Sherlock Holmes, las detective stories, como se denominaron en un principio, fueron extendiéndose a diversas geografías y adoptando variadas formas, desde el hard-boiled y la novela negra americana, con Hammett, Cain o Jim Thompson, hasta la moderna novela negra europea, con tendencias como la francesa, la nórdica o la mediterránea, entre la que habría que enclavar la española.

Un ensayo de consulta, editorial y literariamente muy cuidado y que se lee con placer y amenidad, dado el conocimiento por parte de los autores y su capacidad expositiva. Una didáctica manera de conocer los entresijos de las mejores novelas policíacas y de los más sagaces detectives e inspectores, desde Dupin a Carvalho, sin olvidar a Philo Vance, Lupin, Pimpinela Escarlata, Fantomas, Fu-Manchú, Marlowe, Spade o el teniente Colombo.