El Ayuntamiento de Zaragoza prevé que la deuda de otras administraciones con el consistorio se elevará a 56 millones de euros a final de año. Dos terceras partes de esa deuda proceden del Gobierno de Aragón. Como denuncia el vicealcalde, Fernando Gimeno, "llegará un momento que esto será insostenible". Y es que los ingresos y gastos son vasos comunicantes en los presupuestos que exigen un cierto equilibrio para no crear graves tensiones de tesorería, escenario al que se aboca el municipio si la DGA o el Ministerio de Hacienda no cumplen con sus obligaciones. El reparto de competencias como consecuencia de la reforma local es otra espada de Damocles que pende sobre el ayuntamiento, ya que hay convenios que caducan próximamente y que debería asumir la DGA. La administración está obligada a cumplir.