Aquel inverosímil proyecto de Carlo Rubbia de poner en marcha un amplificador de energía en Zaragoza todavía arrastra deudas. Resulta que los más de 30.000 euros de déficit que arrojó la Confederación de Empresarios de Zaragoza (CEZ) durante el año 2003 son, en gran medida, fruto de los 60.000 euros que la patronal aportó al proyecto. Como la inversión ha sido fallida, hay que contabilizarlo como dinero perdido. Y la CEZ, que ya estaba agobiada, ha tenido que recortar gastos de seguridad, de limpieza y de otras compras.