El Gobierno de Aragón no está mostrando ninguna celeridad en la respuesta al veto ruso a la fruta que pone en jaque a numerosos agricultores y que puede suponer unas pérdidas de más de 100 millones de euros en la comunidad. El consejero Modesto Lobón tendría que dar una respuesta ya al campo aragonés, exigiendo al Gobierno español --que por cierto ayer minimizó el impacto en una penosa reacción-- que se una a los paises europeos más afectados como Francia, Italia y Grecia para pedir a la Comisión Europea medidas de actuación urgentes para frenar el hundimiento del mercado de la fruta de hueso. Incluso habría que estudiar si es factible acudir a los tribunales para exigir compensaciones porque los agricultores están viviendo un año penoso. En la DGA hace falta una reacción pero rápida.