Nueve meses después de que el Gobierno de Aragón, dentro de su política de recortes sanitarios y sociales, cerrara el Centro Terapéutico de El Frago, donde se rehabilitaron muchos toxicómanos y alcohólicos, el edificio está sin protección, abierto de par en par con muebles y enseres abandonados y al alcance de vándalos y ladrones. Una triste y lamentable imagen que la DGA debe evitar. Primero adecentarlo y cerrarlo y, luego, darle una utilidad o venderlo. Todo menos que siga así.