El convenio firmado por la DGA para la instalación de una planta agroalimentaria de la compañía Guissona en Épila ha dado sus primeros pasos con la licitación del proyecto de urbanización del polígono. En paralelo, el Gobierno adelantará en lo posible la expropiación de los suelos, con lo que los trámites podrían estar despejados en un año y las obras empezarían a principios del 2019. El consejero José Luis Soro, de CHA, ha puesto a trabajar a su departamento para que la compañía encuentre todas las facilidades. Ahora le toca a Guissona corresponder y poner a punto su maquinaria. Muy pocas iniciativas privadas en Aragón han tenido una respuesta pública tan contundente como el complejo de Épila.