El acto oficial del Día de Aragón encierra un discurso institucional que, en esta ocasión, la presidenta Luia Fernanda Rudi no aprovechó para dar esperanza a una ciudanía que contempla, día a día, cómo no se modifican las circunstancias económicas y sociales que les afectan negativamente, desde el paro a la calidad de los servicios sociales. Muy al contrario, la presidenta insistió en perseverar en el rumbo trazado. Una insistencia que ha recibido un fuerte contratiempo en el desfase del déficit señalado por el Ministerio de Hacienda, frente a cuyo titular --del mismo partido--, Rudi sí advirtió que no recibe lecciones de nadie sobre las cuentas. Reconoció, sin embargo, que habrá más recortes y puso como límite de los mismos el blindaje social. Un límite que ha ido cayendo progresivamente en sus casi tres años de mandato.