La interpretación de los presupuestos, sean locales, autonómicos o estatales, es casi una cuestión de fe. Con los mismos pros y los mismos contras, según se esté en el Gobierno o en la oposición. Pero lo cierto es que, objetivamente, lo reflejado en los papeles --los de los ministerios y los de las sociedades públicas, que también suman-- hace que las cuentas del Ejecutivo de Sánchez para Aragón sean mejores que las de los gabinetes anteriores. Sin trampas. Que el recorrido que les queda es largo y proceloso no es un descubrimiento para nadie. Y que una cosa es lo previsto, otra lo que se enmienda y una última lo que se ejecuta, también. Pero habráque medir siempre con la misma vara, de lo contrario hay distorsiones.