Zapatero tiene una agenda de trabajo realmente repleta. El lunes sin ir más lejos, tras entrevistarse en Roma con el Papa, se reunió con una autodenominada representación del "mundo de la música". Si es difícil tener una reunión productiva con media docena de personas, es de imaginar que varias decenas en un breve encuentro no debieron llegar a grandes conclusiones. Por lo tanto, esta recepción no deja de ser una mera declaración de buenas intenciones. Lo irritante es la falta de representatividad de los interlocutores, elegidos a dedo por los dirigentes de la SGAE y por la patronal discográfica. El elenco de lunes representa en todo caso, sus propios intereses y los de las multinacionales. ¿Dónde estaban los técnicos de sonido, los músicos de orquesta, los pianistas de hotel, las empresas de alquiler de instrumentos, la gente de los festivales, los pequeños sellos discográficos o los profesores de música? O es que sólo los divos forman parte del "mundo de la música". Afortunadamente en estos temas, ZP está asesorado por Miguel Barroso, antiguo directivo de la FNAC e inductor de un magnifico Manifiesto por la diversidad musical . Pues eso, viva la diversidad.

*Músico y gestor cultural