La semana pasada, el presidente Rodríguez Zapatero pronunció en Nueva York, en la Asamblea General de la ONU, un discurso valiente y esperanzador, al que algunos voceros calificaron de utópico e iluso, tal vez porque hablaba de paz, acuerdos, diálogo y necesidad de encuentros entre culturas, ideas que los defensores de la violencia como método salvaje para resolver conflictos no soportan. A la vez, el señor Aznar hablaba en Washington ante estudiantes de la Universidad de Georgetown de odio, venganza y guerra, falseando la historia de España, cual suelen hacer los políticos ultranacionalistas que utilizan la mentira y la confrontación permanente como modo de actuar. Según este "prestigioso" profesor (¡cómo debe de estar la universidad norteamericana!), España (sic) está en lucha con "los moros" desde que éstos la invadieron en el año 711, y los atentados del 11 de marzo en Madrid son un episodio más de esa guerra, inacabada al parecer. Veremos qué ocurre este fin de semana en el congreso del PP, pero si sigue la senda marcada por este resentido señor, que no se extrañe luego si pasan muchos, muchos años antes de que uno de los suyos vuelva a La Moncloa. El PP necesita una urgente regeneración democrática que pasa por una profunda revisión de lo que le ha hecho en los últimos años; desde el viernes tiene la oportunidad para corregir el rumbo. Entre tanto, Rodríguez Zapatero, con sus errores y rectificaciones, ha aportado una bocanada de aire fresco y cordura. Veremos si la derecha tiene propósito de la enmienda.

*Profesor de universidad y escritor