La Sexta ha aprendido una lección: no abrir su La Sexta noche con la ruidosa tertulia entre varios periodistas de distinto signo político; eso expulsaba a mucha gente que recela de estos debates donde no se llega nunca a ninguna conclusión. En realidad es un circo mediático para los que aman la gresca y entienden la existencia como un eterno duelo entre el Barça y el Madrid. Y no, la vida tiene más colores y más equipos.

Ahora La Sexta nos acerca a un par de entrevistas de calado. Una de ellas la sostuvo con Luis Garicano, un economista de fuste internacional, que al ver España desde fuera es capaz de advertir antes sus errores; por ejemplo, la deficiente clase política y nuestra pasión por el amiguismo. Puso un ejemplo: el presidente español del comité olímpico, Alejandro Blanco, que mostró en Argentina su escaso nivel de inglés. Eso es asombroso en un mundo de influencias internacionales.

La otra entrevista que amenizó Iñaqui López fue con Fernando Savater, que se atrevió con temas comprometidos, desde ETA al aborto. Uno puede o no estar de acuerdo con este filósofo, pero por encima de todo debe planear la idea de que es indispensable razonar. Ofrecer opciones desde la inteligencia. Todo lo contrario de la oferta en Tele 5 a la misma hora; allí estaba Olvido Hornillos, esa concejal que saltó a la fama por un desnudo y que ahora pasea su palmito y extiende facturas con IVA, por un gran dilema existencial: ¿está preñada de su marido o no? España en vilo. Ustedes mismos.