El siglo XIX y el siglo XXI se unen en la coincidencia de un nombre, Pablo Iglesias, y en las aspiraciones de regeneración política de ambos personajes separados por dos siglos. María Luisa, la abogada laboralista, madre del joven líder de Podemos lo tuvo claro. Su hijo se llamaría Pablo en honor del fundador del socialismo español. Un homenaje que pone el listón muy alto.

Pablo Iglesias (La Coruña, 1850). Gallego universal, de oratoria brillante, tipógrafo de profesión, huérfano de padre, sufrió una infancia dura y difícil en Madrid, donde su familia emigró y la pobreza obligó a internarlo en el Real Hospicio General de Pobres. Años que afectarían su salud para siempre, pero donde aprendió un oficio: el de tipógrafo, que le abriría el camino hacia la ilustración, la prensa y la política. El joven Pablo Iglesias siempre mantuvo una fuerte relación con su madre, Juana, que vivía recluida en una pequeña buhardilla de la calle Morería. Escaparse para verla una navidad le costó la expulsión del Hospicio por abandonar su puesto de aprendiz de tipógrafo. A partir de ahí, el muchacho se buscó la vida para mantener a su familia. Entró a trabajar en una imprenta y acudía a clases nocturnas de francés, pagadas de su propio bolsillo. En 1879 comenzó a preparar desde la clandestinidad un nuevo partido político de corte obrero-socialista, que culminó en la fundación del PSOE en la taberna Labra de la calle Tetuán, a la que asistieron 25 compañeros: 16 tipógrafos, 4 médicos, un doctor, 2 joyeros, un marmolista y un zapatero. En 1910 Pablo Iglesias llegó a ser el primer diputado socialista en la historia del Parlamento español. Fue un hombre de extraordinario atractivo que siempre vivió con austeridad, honesto y entregado a luchar por sus ideas.

Pablo Iglesias (Madrid, 1979). Madrileño de Vallecas, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense y doctor con tesis doctoral en su haber, cuya versión reducida lleva por título Desobedientes. Es un joven atractivo y lleva su abundante melena recogida en una coleta. Es la cabeza visible del movimiento político Podemos, que ha dado la campanada al conseguir cinco diputados en Europa en cuatro meses de vida. La tercera fuerza en el mapa político en Madrid y en Aragón, superando a IU, que rechazó su ofrecimiento para ir unidos a las Europeas. Utiliza la televisión y las tertulias para darse a conocer y actuar como un hombre denuncia con un discurso bien articulado, respetuoso y sin compasión ante las "castas privilegiadas de este país", que han corrompido la política. Ataca fuerte a partidos "cuyos jefes acaban en Gas Natural o en Endesa". Quieren oxigenar nuestra democracia y crear una nueva forma de hacer política. Populares y socialistas les tienen miedo, y otros les demonizan con comentarios de risa. No se esperaban este triunfo arrollador de entusiasmo desbordante que hasta a los sondeos les pasó inadvertido.

Periodista y escritora