El informe anual de los economistas aragoneses recoge aspectos positivos sobre la situación actual, pero continuamente matizados. Si por un lado consideran que el cambio de tendencia se consolida, inmediatamente apostillan que la salida de la crisis no será rápida. Tampoco las perspectivas de sus profesionales dejan muchas opciones a la esperanza, el 80% cree que la situación actual de Aragón es mala o muy mala. Y si se duplica el número de los que aventuran un 2015 mejor respecto del año pasado... esta percepción no representa ni el 50% de los encuestados. Las dudas persisten.