Para personajes tan frívolos como Victoria Beckham, España huele a ajo. Desde hoy, el perfume nacional de nuestro país es del chorizo. No es chanza. Es la nueva fragancia Eau de politics lanzada por una conocida cadena de perfumerías para ridiculizar la situación política española y contribuir a la mejora de los sectores más desfavorecidos de la sociedad, dado que los ingresos obtenidos de la venta de la colonia tendrán fines benéficos. Una singular forma de ayudar a las capas con escasos recursos económicos, cometido que nuestros chorizos de las más altas esferas políticas jamás se plantearon. Y lo mejor de todo, no parece que los poderes políticos se hagan mucho cargo de ello. Aunque bueno, habrá que ver cómo gestionan la nueva prestación de seis meses para parados de larga duración, con cargas y con la protección agotada. De momento, nos quedamos con el estudio de Transparencia Internacional que apunta que España está a la cola en el ranking mundial de la percepción de la corrupción, en el puesto 37 de los 175 países analizados, muy por detrás de los del entorno europeo y de otros del tercer mundo. Y es que por mucho que Rajoy se empeñe en señalar que la corrupción no es estructural, sí tiene un nivel más que alarmante en política con la connivencia de las empresas. Para muestra, nuestro botón aragonés, ese que desde hace más de una década activó el PAR para utilizar ciertas empresas públicas, Sarga, como oficinas de colocación con las que pagar favores políticos. Periodista y profesora de universidad