Después de la experiencia del Parlamento andaluz y de la Comunidad de Madrid, donde pidieron, respectivamente, los nombres de los funcionarios que valoraban los casos de violencia de género y los de los que impartían talleres LGTBI en los colegios, ya tardaban en llegar las peticiones de Vox a Aragón. Y han empezado por el ayuntamiento, claro, que es donde hay actividad. Aquí, la máxima preocupación de los concejales de la ultraderecha es saber quiénes son los sexólogos de la asesoría para adultos municipal. Quieren conocer el ayuntamiento por dentro, dicen, pero no han empezado por el urbanismo, por ejemplo, donde han seguido la nueva política del alcalde Azcón. No. Están preocupados por el sexo.