El consejero de Sanidad y Bienestar Social, Ricardo Oliván, sigue creando incertidumbres en su área de gestión. Ahora resulta que o las 25 familias que han denunciado que la DGA no les paga el salario social se lo inventan o no se han enterado de que hay alguna irregularidad en su concesión y por eso no lo cobran. Esa ha sido la respuesta ante los problemas que está habiendo con los pagos del Ingreso Aragonés de Inserción. Él dice que como mucho puede haber retrasos de tres meses porque en diciembre "se puso el contador a cero". Lo que no se sabe lo que eso significa. Como no da datos, caben todo tipo de interpretaciones, como con las listas de espera. Haría bien él y su mentora, la presidenta Rudi, en aplicarse esa ruta de la transparencia que pretenden hacer en la DGA. En Sanidad y Bienestar Social hace mucha falta.