¿EM, se preguntarán? ¿Andan despis todavía? No les hablo de una pseudo-onomatopeya; ni de un rapero; ni de la Esclerosis Múltiple; tampoco de la unidad tipográfica; ni de la Energía Mecánica; o del Exámetro, la unidad de medida del Sistema Internacional; ni tan siquiera de las siglas de Empresa Multinacional. Se trata del último huracán político que causa fervor en Europa, concretamente en Francia, y que responde a las iniciales del nombre del auténtico protagonista y autor conceptual del nuevo partido francés, de centro, En Marche!, que se erige como el salvador del proceso de construcción europea. Para quitarse el sombrero ante Emanuel Macron, un X-Men de 39 años, experto en inversiones, ex ministro de Economía de Holland, que ya ejerciendo dicho cargo pergeñó su proyecto político personal y dejó plantado a su jefe para apostar por un valor seguro: su propia cabeza en el Elíseo. Y parece que lo conseguirá si las encuestas no van desacertadas, pues ha logrado tener a su favor a la derecha, a la izquierda y a la mismísima UE, que jamás se posiciona. Todo sea por un frente común contra una Le Pen antieuropea. Las claves de su triunfo: autoconfianza, olfato inversor, optimismo, energía transformadora y talento para no escuchar a su entorno más próximo que le animaba a aplazar su candidatura para el 2022. En efecto, Sr. EM, «el sistema está muerto y el espacio está ahora». ¿Qué me dicen, nos convertimos en «marchants» y nos aplicamos el lema de «cree en ti, apuesta, lucha y gana»? Yo, sí, ojalá que la UE lo haga también.

*Periodista y profesora de universidad