Como se preveía, la Comisión Europea ha vuelto a reprobar a España por la alta temporalidad en su mercado laboral., lo que frena --dice-- su potencial de crecimiento y la cohesión social. Pasar de un contrato temporal a uno permanente sigue siendo «difícil», asegura el Ejecutivo comunitario, con una carga de profundidad para el futuro ya que el 60% de este tipo de contratos corresponde a los jóvenes, precisamente en una generación que se considera la más preparada y formada de la historia. Y por si fuera poco la pincelada que da Bruselas a cómo siguen las relaciones laborales y la temporalidad que empujan a la pobreza o exclusión social, un informe de CCOO alerta de la precarización de la contratación indefinida, un soporte que es imprescindible asentar para que las perspectivas profesionales den una cierta seguridad en el proyecto vital que suene a bienestar. Con la reforma laboral del 2012 se facilitó la extinción de contratos indefinidos, abaratando la indemnización. Actualmente, el 37% de los mismos ni llega a cumplir un año y la mitad dura menos de dos años. Para consolidar un empleo estable, si en el 2009 había que firmar 1,1 contratos indefinidos, a finales del 2018 la ratio subía a 1,6. La contratación indefinida se empieza a asociar ya con la rotación laboral y la precariedad. Si antes de la reforma laboral el 87% de los indefinidos se traducía en empleo permanente, el año pasado este porcentaje ya estaba en el 63%. Muchos decretos se necesitarían para restaurar un esquema laboral que hace aguas hasta en el contrato indefinido.

*Periodista