Definir las galerías de arte como "empresas culturales" no deja de ser un eufemismo, si además lo propaga un galerista y lo corrobora la consejera de Cultura del Gobierno de Aragón habría que hablar también de sincretismo. Una empresa es una unidad económica de producción de bienes y servicios que en el caso de las galerías de arte es totalmente comercial. Disponen de espacios expositivos donde venden las obras de sus artistas cuyos porcentajes son sus beneficios, no crean, venden el producto de otros. Si la consejera Eva Almunia quiere hacer una política cultural seria, hacerlo como pretende a través de las galerías de arte no es la vía ni natural ni ortodoxa. Prestarles atención y ayudas es otra cuestión, aunque, por la misma razón, otras empresas que están en el ámbito cultural y educativo deberían tener el mismo tratamiento. Una política con falta de ideas, influenciada por intereses privados, alejada del concepto social y de lo que se entiende como dinamizar, promocionar, crear, trabajar, en definitiva la cultura, es lo que menos desean los ciudadanos, que esperan de una vez por todas, un proyecto cultural que nos defina por el potencial que poseemos.

*Pintora y profesora de FP