Aragón lleva dos décadas apostando por plataformas logísticas públicas y la iniciativa privada ha puesto de relieve que no siempre las apuestas de los gobiernos son las más valoradas. Sin apenas ruido, en Monzón se ha desarrollado un gran intercambiador al quedar liberada por el AVE la línea convencional hasta Barcelona. Que tomen nota los planificadores de la economía: las empresas llevan su camino, que no siempre coincide con el de la Administración.