Las primeras reuniones entre dirección y comité de Ibercaja sobre el ERE están resultando tensas. La empresa anuncia, aún sin condiciones, el despido de hasta 686 empleados y el cierre de 160 oficinas, y los sindicatos consideran que no hay motivos objetivos para tal sangría laboral. Urge que la negociación sea rápida y transparente para evitar que la entidad aragonesa sufra un daño reputacional del que hasta ahora se ha librado pese a la crisis del sector.