Los enemigos del Banco de España son los pobres. Así de claro lo ha dejado el último informe de este organismo supervisor que ha leído la cartilla a los españoles sobre tres cuestiones fundamentales para el sector financiero.

Las familias españolas no ahorramos y somos unos manirrotos. ¡Hala!, en cuanto cobramos el sueldo nos lo gastamos todo en disfrutar con las pequeñas cosas de la vida: que si unas cañas al salir del trabajo (el que lo tenga), que si celebrar el cumpleaños con los amigos, que si una semanita de vacaciones porque para más no llega. Total, que no ahorramos nada. Y claro, los bancos se preocupan de no acumular todavía más dinero en efectivo. El dinero de los trabajadores debe ser una pieza suculenta para estos avaros del capital. Poco dinero pero a largo plazo. Dinero seguro y acumulativo. Los empobrecidos españoles no juegan en bolsa, ni guardan nada en paraísos fiscales y no roban. El repulido gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, así parece pensarlo.

Su informe ha sido calificado de «vergonzoso» por UGT, que ha pedido a los grupos parlamentarios su comparecencia para que nos explique su tres consideraciones o consejos: 1) que vivimos por encima de nuestras posibilidades y no ahorramos. 2) que hay que «controlar» las pensiones. Es decir, no subirlas, y a los jubilados: ajo y agua. 3) que no se limite el precio de los alquileres. O sea defendiendo las tesis del sector inmobiliario. Que por cierto, es el sector que creó la primera burbuja inmobiliaria cuando nos estalló la crisis en la cara. Y ahora se estimula la segunda burbuja: la de los alquileres desmesurados y los turísticos.

Como verán, un abanico de despropósitos dirigidos a la clase media baja, clase trabajadora, jóvenes sin futuro que gastan su sueldo en un alquiler miserable y carísimo, y personas mayores que sobreviven con una pensión ajustadísima. Este informe de la alta institución bancaria tiene un tufillo fascista inaguantable. Carga contra la población más débil de la sociedad y, encima, les recrimina su forma de vida. Habrá que recordar, y por qué no gritar, a estos encorbatados señores del Banco de España que el rescate a la banca nos ha costado 62.754 millones de euros, hasta el momento. Y que los bancos siguen obteniendo magníficos beneficios, cierran oficinas, despiden al personal, y todo, todo, todo lo tenemos que gestionar con una app desde el móvil o desde el ordenador. Indecente sería una palabra demasiado suave para calificar su comportamiento. Me siento escandalizada con este informe y pienso que si estuviera en el lugar del presidente del Gobierno cesaría a este señor de forma fulminante (aunque, ¡ojo! que lo nombra el Rey). Pero todo se puede negociar.

Así que ahora que empieza el buen tiempo vamos a seguir saliendo a la calle a tomar una copa con los amigos, de vez en cuando una cena por ahí para celebrar que estamos vivos, y que la vida es bella a pesar del informe escandaloso del Banco de España.

*Periodista y escritora