Jordi Évole se ha marcado otro tanto periodístico con su entrevista al excomisario de la Policía Nacional José Manuel Villarejo en su programa Salvados, emitido el pasado domingo. Ante Évole y su audiencia televisiva, Villarejo profirió una serie de acusaciones, insinuaciones y referencias más o menos explícitas a la utilización de la policía con fines políticos en asuntos como la investigación del clan Pujol o contra enemigos políticos (acusó a Margarita Robles de ordenarle investigar a Baltasar Garzón). Villarejo hizo un recorrido por las denominadas cloacas del Estado en operaciones en las que afirmó haber participado. El excomisario, que tiene su propia agenda en este escándalo, no merece un cheque en blanco de confianza, pero sus acusaciones deben ser investigadas. En democracia es muy importante que cada institución y las personas que la forman cumplan con su papel. Ha cumplido con su responsabilidad ante la opinión pública Évole con su entrevista, pero el periodismo no puede ser el único foco que aporte luz a las acciones de la denominada policía política. El lugar donde debe ir a rendir cuentas Villarejo es el Parlamento. En el Congreso, los votos conjuntos del PP, Ciudadanos y el PSOE han impedido hasta ahora que el excomisario compareciera en la comisión de investigación sobre la denominada operación Cataluña. Contra la guerra sucia, luz y taquígrafos.

Aragón se está posicionando en la generación de las energías renovables de forma decidida. La comunidad, que había mantenido tradicionalmente una posición de vanguardia a nivel nacional en la eólica y que ha vuelto a recuperar tras las últimas adjudicaciones, está desarrollando también propuestas en plantas fotovoltaicas como la que se impusa en San Mateo de Gállego. Esta iniciativa, con una inversión estimada en 72 millones de euros, podría pujar en la proxima subasta del Gobierno en un proyecto que contempla una potencia de 92 MW, lo que equivale a más del 50% de toda la capacidad de producir energía con el sol que tiene instalada la comunidad. Viento y sol, además de la biomasa, forman parte de los elementos que abastecen las energías verdes, una opción medioambientalmente necesaria para reducir el uso de las energías contaminantes. El aumento de la producción de energías renovables en la comunidad exige, no obstante, una planificación estratégica de la Administración con las conexiones de evacuación necesarias. La mejora de la interconexión con Europa facilitaría la venta de esa energía verde a través de los Pirineos, siempre y cuando se mantengan los criterios de defensa medioambiental sobre un territorio que tiene que equilibrar su desarrollo tanto en propuestas energéticas de futuro como en el mantenimiento de sus atrayentes características paisajísticas.