Unos 5.000 sin techo son censados cada año en Zaragoza, transeúntes de todo tipo y condición que no van a ninguna parte y que han hecho de las calles su hogar. El director del albergue, Gustavo García, ha puesto el dedo en la llaga al reconocer que no sólo es el alcoholismo, la drogadicción, la ruptura conyugal o la pérdida del empleo lo que lleva a estas personas a vivir en la calle; la razón principal en la mayoría de los casos es el desequilibrio o la enfermedad mental que padecen. Es el caso de los denominados crónicos , que no son más que unos seres humanos abandonados por los sistemas públicos de sanidad.