La historia del AVE Madrid-Zaragoza-Lérida parece todavía más complicada de lo que se creía. Ahora se están poniendo al descubierto las políticas del anterior ministro de Fomento, el popular Francisco Alvarez Cascos, quien llegó a aceptar que los nuevos trenes de Talgo no llegaran a alcanzar la velocidad de 350 kilómetros por hora, sino tan solo 330. Incluso, que las pruebas realizadas con el rey Juan Carlos en Bujaraloz no fueron como contaron. El caso es que toda esta historia perjudica seriamente también a Aragón y a los usuarios del AVE. Porque no se sabe todavía cuando se podrá completar la línea hasta Barcelona y la frontera francesa, y porque no vamos a poder viajar nunca a la velocidad anunciada y por la que se pagan en cada billete abundantes euros. Es momento, pues, de exigir responsabilidades a los anteriores gestores, hasta el final, y de revisar urgentemente los precios. Además de acabar la obra cuanto antes.