Facebook anunció ayer que suspende indefinidamente las cuentas de Trump en Facebook e Instagram, ahora que el trabajo ya está hecho. En la campaña de 2016, cuando su director digital hizo ver al candidato que no merecía la pena malgastar dinero en anuncios de televisión, medio que le llevó al estrellato popular con su 'reallity', decidió centrar los esfuerzos económicos en el entorno digital, compitiendo contra la maquinaria de Hillary con una inversión mucho más efectiva. Mientras tanto, se crearon cientos de páginas web fantasma desde las que se lanzaron noticias falsas ampliamente difundidas por Facebook. Informaciones delirantes como el apoyo del papa Francisco a Donald Trump, el abuso sexual por parte de Bill Clinton a una niña de 13 años o la venta de armas de Hillary Clinton al Estado Islámico que lograron tener más impacto que las de los principales medios de comunicación.

En un momento político muy específico, con grandes niveles de polarización y de desafección ciudadana hacia la política y los medios de comunicación tradicionales, la mentira triunfó con la aquiescencia de las grandes plataformas comunicativas. Después de años echando gasolina a las teorías de la conspiración, ahora que los extremistas ya han abandonado los videos tóxicos de YouTube y las redes abiertas de Twitter o Facebook resguardándose en ámbitos más privados como Parler o Telegram, ahora reniegan del trumpismo que ayudaron a crear.

Su partido trampolín, que olvidó su caracterización como gran partido fundacional y acogió a Trump por sus posibilidades de victoria mirando hacia otro lado, aceptándolo como mal menor para hacer frente a los demócratas, creyendo que podrían domesticarlo es el principal damnificado por el monarca absolutista que crearon. El futuro del país depende en gran medida de la vuelta del Partido Republicano a la institucionalidad, primero fue Mitt Romney, después reaccionó Mitch McConnell, líder republicano en el Congreso, y en el último momento el vicepresidente Mike Pence. Las democracias se miden tanto por quien gobierna como por la estrategia estabilizadora o no de la oposición.

El 'establishment' que apoyó el neoliberalismo, cuando este se encuentra en crisis, se protege de un posible cambio mediante el fortalecimiento de una contrarrevolución conservadora, que a menudo tiene tintes xenófobos y logra movilizar masivamente a la ciudadanía contra opciones progresistas. Así llegó Trump a la presidencia, aunque ahora el asalto de sus bases más extravagantes les produzca vergüenza.