Ibercaja ha vuelto a presentar un ERE que afectará a 500 empleados de una plantilla que hace tan solo tres años ya sufrió otro. Cualquier noticia que afecta a la reducción de empleos es mala, y esta no podía ser menos. Y mucho más cuando muchos pequeños municipios aragoneses sufrirán el problema de perder oficinas bancarias, tan importantes en el medio rural. Además, la reducción de plantilla -en una entidad que tiene beneficios- afecta a la calidad de su atención.