Me asomo a esta ventana con la pretensión de desvelar los relatos ocultos de los poderosos. Presentan cuentecitos encantadores, edulcorados a veces, historias de hombres hechos a sí mismos, sacrificados ciudadanos, etc. "En todas las familias existe la historia heróica y la verdad", revelaba Lacan. Descreído posmoderno, no creo en la verdad, pero me interesa el relato oculto y vergonzante, casi siempre vecino al género negro, melodramático o de terror. Me sorprende que el celebrado Jordi Évole, tras el fake que exhumaba la verdadera narración del 23-F, vuelva al "periodismo riguroso" con un dueto de entrevistas a Pedro J y Florentino Pérez en las que le han colado sendos relatos heróicos por la escuadra. Jordi azuza a esos colosos, pero acaba sucumbiendo por momentos al complejo de Estocolmo/Madrid. ¿La fascinación del barcelonés ante dos próceres de laVilla y Corte?

Pedro J, con ensayada sonrisase presenta como gran valedor de la verdad, el adalid del periodismo de investigación y su principal víctima propiciatoria... Tiene respuestas para todo el Campeador de la campaña antiGAL, incluso para justificar ese editorial de su Diario 16 que, poco antes de atacar el terrorismo de Estado,animaba a aniquilar a los etarras como a alimañas- No le preguntó Évole sobre el linchamiento mediático del pobre comisario Ruiz a partir de la maldita mochila que inició los miserables relatos conspiranoicos del 11-M. Tanto fairplay "riguroso" del entrevistador propició que fuera imponiéndose el relato deprotomártir de la deontología periodística y de la libertad de expresión vestido de Ágata (¿el diablo no vestía de Prada?). La próxima semana, el cuento de Florentino.

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