El Fleta va camino de convertirse en Jano, el dios de las dos caras. El Fleta será un edificio bifronte, allá por el año 2006. Dicen que se mantendrá como un espacio de teatro (y ópera en pequeño formato y ballet y sede del Centro Dramático de Aragón y...) y que, por otro lado, será también un palacio de congresos. Cara A, cara B, en un mismo disco. Algunos ven esta futura personalidad doble como una acertada solución para un colosal entuerto, pero otros la juzgan como una peligrosa esquizofrenia camino de ninguna parte.

CHA y Partido Popular están que trinan con lo sucedido, con el parón y los cambios, con los aires de grandeza que soplaron en otros tiempos, pero visto lo visto, escuchado lo escuchado, quizá no exista otro remedio ante un callejón sin salida. En todo caso, es necesario rebobinar bastantes meses atrás para entender parte de lo ocurrido, hay que volver por ejemplo al excesivo programa de necesidades planteado por los antiguos responsables institucionales en el concurso de "restauración", que ganó un gran arquitecto, Basilio Tobías.

La DGA ha impulsado cambios en el proyecto original, variaciones que dio a conocer el viernes en las Cortes. El programa de mano que se repartió al principio ya no sirve. No sirven los esfuerzos promocionales y es evidente que se ha perdido tiempo. Tiempo y pasta. El asunto de la gran ópera se cae de cartel y se explora la vía Kursaal, al estilo del espacio de Moneo en San Sebastián (por cierto, que el arquitecto tudelano se reunió el jueves con Eva Almunia, para otros asuntos).

La perspectiva de la factura --"inasumible"-- del proyecto y los problemas añadidos, han hecho a la DGA replantearse el proyecto Callizo de grandes óperas, dar un giro sobre lo que ideó el anterior consejero nacionalista del gobierno PSOE-PAR. Mientras la tormenta se sucede, Callizo se encuentra estos días a miles de kilómetros, al otro lado del Atlántico, tomando el pulso a las casas regionales.

Desde la actual consejería de Eva Almunia se habla de propiciar un centro flexible. Antes habrá que desatar nudos, algunos bien gordos, y poner proa hacia otros destinos. A ver cómo encaja una pieza así en el rompecabezas cultural y social zaragozano. Qué ganas tengo de que se abra la taquilla del Fleta o de encender ahí el power point, cuando me modernice y me compre uno.