La Base Aérea de Zaragoza se está posicionando como sede favorita para la implantación de una escuela europea de pilotos militares. A finales de mes se conocerá la decisión definitiva. Unas instalaciones en plena operatividad pueden convertirse en una atracción de recursos, ya que el proyecto supondría impartir cuatro cursos al año con una asistencia de 150 personas en cada uno durante dos semanas. La logística que ello conlleva generaría, sin duda, la creación de puestos de trabajo. Se trata de rentabilizar un espacio que ya existe.