Los escritores sabemos muy bien que la realidad supera siempre la ficción, por muy alocado que sea el argumento inventado en un relato, los hechos de la vida real sobrepasan con creces la ficción más sublime. Hace días salía publicado en la prensa que el imputado Carlos Escó dará un curso contra la corrupción a líderes latinos. ¡Increíble!, ¿no? Pues como lo oyen: el que fuera consejero delegado de Plaza entre 2004 y 2010, que como saben está investigado por presunto desfalco y delito societario, dictará este verano cursos sobre transparencia a altos directivos públicos, políticos actuales y futuros de América Latina en la Residencia de Estudiantes. Estoy segura de que si Buñuel, Lorca y Dalí levantaran la cabeza de la tumba escribirían a tres manos una obra inédita del surrealismo aragonés y se lo pasarían pipa.

Ya puestos se podría ampliar tan brillante programa docente con la incorporación de Agapito Iglesias, imputado en los casos pagarés y saqueo de Plaza. Sin olvidar al tercer personaje en la constante sangría de la plataforma logística, Ricardo García Becerril. Los tres imputados darían lecciones magistrales sobre cómo luchar contra la corrupción o ser transparentes en la gestión de los fondos públicos. Cara dura no les falta a ninguno de los tres, así que los futuros líderes económicos y políticos de nuestra querida y hermana Latinoamérica saldrían encantados con la soltura del profesorado y las tácticas empleadas para enriquecerse durante años bordeando el límite de la legalidad hasta que los pillan. Clases presenciales para explicar cómo ganar un salario de un cuarto de millón de euros anuales en Telefónica y que la renta salga a devolver, cómo firmar pagarés millonarios y no enterarse de lo que se firma, cómo montar guarderías tapadera a las hijas para que pasen facturas falsas, cómo llevar un club de fútbol a la ruina y reírse de la afición en sus propias narices; incluso cómo levantar un aeropuerto en Huesca sin tráfico de pasajeros. La lista de ejemplos sería interminable porque la ambición de los poderosos es insaciable. Para el master en ética y desarrollo personal contrataría directamente a María Víctoria Pinilla, que podría hacer doblete y ganarse un sobresueldo (ahora que tanto lo necesita) como profesora no asociada en promociones de viajes a paraísos fiscales. Y para la fiesta final del curso no debería faltar la presencia inigualable de Iñaki Urdangarín, que en perfecto inglés y micrófono en mano, ofrecería un brillante resumen de la situación. Sin olvidar la posibilidad de incluir en plan festivo un taller taurino para el fin de semana impartido por José Ortega Cano, que desde la cárcel de Zuera ya se ha planteado la posibilidad de crear una escuela taurina para aficionados. Y para terminar contar con la posibilidad de que Blesa dé una master class sobre la banca ética, algo que no sé lo qué es pero que existe. ¡Se lo juro! Periodista y escritora