En mi discurso de toma de posesión enumeré los ocho puntos sobre los que creía debía girar mi labor como Justicia de Aragón.

El primero de ellos, y destacado así, fue la defensa del menor.

Por ello, uniéndolo a mis propios orígenes y a la igualdad de oportunidades que demuestra junto a la celebración de los cien años de su fundación, quise que mi primera visita como Justicia de Aragón, fuera al barrio Oliver de la capital aragonesa.

Este barrio forma parte de Zaragoza, y sus vecinos quieren que sea reconocido en todos los ámbitos sociales.

Su mayor riqueza son las personas que residen y trabajan en él y sobre ellos pivota el desarrollo mediato y futuro del mismo.

En este contexto, recientemente el Justicia de Aragón ha podido apreciar el gran trabajo desarrollado por los Centros de Educación Infantil y Primaria Ramiro Solans y Fernando el Católico.

Fernando el Católico con 160 alumnos, 28 profesores y voluntariado vienen desarrollando un sistema de enseñanza con proyectos transversales, que tienen como finalidad: la formación integral del alumnado, incidiendo tanto en prevención de la discriminación como en la adquisición de conocimientos, a través del aprendizaje cooperativo y por grupos interniveles, promoviendo habilidades sociales básicas, utilizando para ello múltiples recursos y creatividad, incluyendo «la cocina de Fernando», «patios dinámicos», resolución alternativa de conflictos.

A través de un proyecto educativo valiente, innovador, y transversal que incluye mesas de trabajo en equipo integrado, y abordaje de las emociones de alumnos y profesorado y en se han propuesto formar a niños para que puedan acceder al mundo de la enseñanza secundaria o formación profesional dual.

Su profesionalidad y vocación de servicio público es encomiable, pero necesitan ayuda económica y anímica del ayuntamiento, que me consta que lo hace y del Departamento de Educación para rehabilitar íntegramente al menos las clases de primaria, las más deterioradas; y fortalecer su proyecto educativo.

El CEIP Ramiro Solans, con 218 alumnos, 24 profesores, un buen número de personas voluntarias y la colaboración de Ayuda en Acción, está siendo un referente nacional premiado por integración de alumnos de más de 17 nacionalidades y reconocido como Escuela de Éxito( Consejo Escolar del Estado). El absentismo escolar está en mínimos, los niños comen en el colegio y el aula de madres emprendedoras del sector textil sirve de elemento dinamizador y de empoderamiento de madres y abuelas. Mis mejores deseos de éxito en sus próximas ventas al por menor.

El profesorado y sus voluntarios, junto con el alumnado potencian una Escuela Inclusiva, basada en la igualdad, los valores, el medio ambiente sostenible, el espíritu crítico, la mediación con mediadores desde 4º a 6º de primaria- con la Sala de la Concordia- (con Silvi, Rayza, Yumara, Chanchai, Diego, Mila, Yasmina, Sara, Ezequiel…) que con habilidades técnicas y psicológicas intentan apaciguar los conflictos.

Otras actividades son: la defensa del medio ambiente, la biodiversidad con la Guía Un, dos, tres del Parque Oliver fruto de 4º de primaria; conocimiento biográfico de mujeres que han destacado en distintas disciplinas, como referente y liderazgo.

Destacable en este curso el aula de menores de 2 años, cuyo fin es que continúen en la misma escuela, si bien ya se intuye que algunos peques no se matricularán. La Administración debería valorar el nivel económico de los padres y el compromiso de continuidad escolar como mérito de adjudicación, evitando usos y aprovechamientos indebidos en competencia desleal con guarderías privadas en casos de padres cuyo nivel económico les permite pagar dichos servicios escolares no obligatorios.

Es imprescindible que los hijos e hijas de Oliver, como fue mi caso, estudien en escuelas del barrio y que el Instituto de Enseñanza Secundaria María Moliner pueda recuperar el esplendor y espíritu crítico que tuvo en la década de finales de los 70 y 80, aportando a la universidad futuros estudiantes que no pertenezcan a élite alguna.

El Justicia, desde el principio de su mandato, quiere mostrar su apoyo a profesores y alumnado, reivindicando ante las administraciones unas escuelas dignas, dotadas material y personalmente de forma suficiente.

Deberíamos empezar atendiendo a la demanda que ambos centros hacen por el cambio integral de las ventanas de hierro de los años 50. No es pedir mucho, de momento, y sería coherente con las enseñanzas que en materia de respeto al medio ambiente y eficiencia energética damos a nuestros aragoneses más jóvenes.

*Justicia de Aragón