Mr. Trump sigue en pie de guerra. A menos de una semana de la cumbre de la OTAN en Bruselas, no para de presionar a sus aliados, vía cartita de amor, para que aumenten su gasto militar. Hartito de ser el mayor contribuyente de la Alianza Atlántica (asume el 71,7% del gasto total), exige al resto de miembros de la organización que cumplan el compromiso pactado en el 2014: que todos los países OTAN destinen un 2% de su PIB en Defensa, una cifra que solo 6 de los 28 cumplen (además de ellos, los griegos, los estonios, los rumanos, los polacos y los ingleses). No es de extrañar, que nuestro presi no se haya librado de la tormenta americana, porque los españolitos no llegamos ni de carambola al 2. España es el tercer país de la organización que menos invirtió en Defensa. En el 2017, un 0.92% del PIB. Por detrás, solo los belgas (0,91%) y los luxemburgueses (0,44%). Y claro, los números cantan, aunque eso le dé un poco de lado a Trump, pues por meter presión, no duda en hacerlo ni con el Reino Unido, que tiene el presupuesto de defensa más grande de Europa y supera el 2% del PIB. Ahora, para contestación, la de Sánchez. La contribución de un país a la seguridad global no puede medirse solo por un porcentaje de gasto sino también por la disponibilidad de capacidades militares, la voluntad de utilizarlas, así como por la participación en misiones a favor de la paz y seguridad internacional. Y es que nuestro país tiene más de 3.000 efectivos en misiones de la OTAN, ONU, UE y la coalición internacional contra el Estado Islámico. Olé, esa España cañón. H *Periodista y Profesora de universidad