La nueva curia aragonesa, liderada en Zaragoza por el arzobispo Vicente Jiménez y en Barbastro por el obispo Ángel Pérez Pueyo, manifiesta estar dispuesta a buscar una salida al espinoso asunto de los bienes de la Franja retenidos por Lérida. La DGA se manifiesta encantada con esta voluntad "explícita" de los prelados entrantes, pero convendría ser prudentes y no lanzar las campanas al vuelo. Dos décadas después de comenzar el litigio lo único cierto es que las piezas siguen en el obispado catalán, por más buena voluntad y predisposición que hayan mostrado los sucesivos obispos.