Incluso en los estados de alarma o confinamiento hay clases, por desgracia. Así, londinenses y parisinos disfrutan de sus zonas verdes, hacen footing, tocan la guitarra en los bancos de los parques, socializan dentro de un orden, sonríen a la primavera.

En Panamá, las mujeres pueden salir a comprar los lunes/miércoles/viernes; el turno para los hombres, martes/jueves/sábado. ¿Y el domingo? Ah, bueno, al séptimo día el Gobierno panameño descansó...

Alemania, a diferencia de España, se prepara para una pronta vuelta a la normalidad.

Uno de sus equipos emblemáticos, el Bayern de Múnich, ya anda entrenando en su campo por grupos reducidos y a condición de ducharse cada cual en su casa, pero el caso es que los jugadores están pegando patadas al balón.

El resto de sus compatriotas, según ha anunciado la canciller Angela Merkel, podrá recuperar paulatinamente sus actividades profesionales y sociales a partir del 19 de abril. Todos los alemanes deberán usar mascarillas (en España no hay), mantener las distancias (¿se cumplirá eso aquí?) y continuar analizando y vigilando escrupulosamente la cadena de contagios (una medida que para el sistema español es como de ciencia ficción). En breve los afortunados alemanes saldrán a la calle y comenzarán a tocar pelota, como los chicos del Bayern.

Alemania es el cuarto país en contagios, con más de 100.000 infectados, pero solo ha sufrido 1.500 muertos. España lo multiplica por tres en contagios, y por diez en fallecidos. ¿A qué se debe? ¿A que los alemanes son constitutivamente más fuertes o resistentes al coronavirus o a que habrán hecho las cosas mejor, a que han trabajado más rápida y eficazmente en la prevención y contención de la pandemia?

La cadena de contagios, como ya se hizo en China, ha sido analizada hasta en sus últimas ramificaciones y contactos.

¿Se conocen en España las derivaciones de los presuntos contagios, se han hecho aquí las pruebas pertinentes, se harán en próximas fechas...? Me temo que no, y eso que, según el noticiario oficial, Prado del Rey, tenemos el mejor sistema sanitario público del mundo.