Hace años el combo satírico Puturrú de Fuá, en homenaje a los tiones pirinegros que habían organizado la primera Caravana de Mujeres, compusieron aquella pegadiza letrilla de los chicos de Plan, está como un flan , y eso es un poco lo que les está pasando a los chicos del PAR, en el combo municipal, que están como flan sin acabar de hornear.

El PAR, que venía figurando en el convoluto de Belloch como mera comparsa, con dos pequeñas delegaciones y sin voz ni voto en la Junta de Gobierno, se ha cansado de serlo, y se ha abierto a la oposición. Tocata y fuga anunciada.

A Manu Blasco, la cabeza visible de José Angel Biel en la primera corporación de Aragón, casi siempre le toca bailar con la más fea. Ya tuvo, en la anterior legislatura, que ejercer de paño de lágrimas del ex alcalde Atarés, a quien suscribió en no pocas de sus políticas y ensueños urbanísticos, en sus rascacielos, en el estadio de fútbol de Bofill, en los palacios de hielo y auditorios al aire libre de Valdespartera. Como resultado de esa política subsidiada al PP, Blasco obtuvo el muy discreto resultado electoral de dos escaños, el propio y el de Fernando Arcega, a quien la Chunta vetó para llevar una cartera deportiva que, en principio, lógicamente, le correspondía.

Los agarraos pasodobles, a los sones del acordeón, entre Blasco y Atarés tuvieron por escenario los primeros años del siglo XXI, pero tras las elecciones municipales de mayo de 2003 cambiaron las parejas de baile. A Blasco, esta vez, le tocó alternar, en un trío imposible, con el PSOE y la CHA, con Belloch y Gaspar. La Chunta, como represalia a su exclusión del gobierno autonómico, se marcó como objetivo la marginación del PAR, que sólo recibiría en adelante el tibio impulso de los socialistas. Así la música, el salón de baile municipal se fue tensando hasta estallar en calabazas a Belloch, que hay que enmarcar en la irreconciliable animadversión con la que se flagelan ambos partidos nacionalistas.

Al margen de que la decisión del PAR sea estratégicamente errónea o correcta, retornando a la oposición, junto al PP, los hombres de Biel contribuyen a clarificar un tanto, dentro del guirigay existente, el panorama político. A hornear el flan. A partir de ahora, los méritos o deméritos municipales corresponderán exclusivamente a la alianza PSOE-CHA, mientras que los éxitos o fracasos autonómicos deberán atribuirse, también de manera exclusiva, al tándem PSOE-PAR. Chunta será oposición en La Aljafería, y el PAR en la plaza del Pilar.

La decisión del PAR beneficia al PP, que recupera, entre comillas, un posible aliado. Atarés podrá jugar esta baza de cara a su reelección como candidato, plaza que le disputa Buesa.

Y beneficia también, paradójicamente, a la CHA de Gaspar, que tendrá la oportunidad de demostrar una gestión más acorde con su ideología republicana y nacionalista de izquierdas. Porque, hasta hoy, hemos visto una CHA flaneada en dudas, socialdemócrata, como mucho --según la redefinición labordetiana--, acomodada y pizarrista . Puede y debe arriesgar más.

*Escritor y periodista