Lo de Andalucía nos ha dejado patidifusos, en primer lugar porque la Sociología (es decir, el análisis de los datos, los sondeos, la interpretación de las tendencias y toda la bendita demoscopia) no da una y nos mantiene a oscuras justo cuando más claridad necesitamos. Peor todavía: actúa como un factor distorsionador, porque el domingo muchos votantes socialistas, desilusionados, pasaron de todo dando por hecho que se impondría una vez más la rutina (era lo que se había pronosticado) y la vida seguiría igual o muy parecida.

Pero además es que están pasando muchas cosas, muy rapidamente y de manera simultánea, sin que sea posible procesar tantos cambios. En Andalucía la complejidad se ha mostrado más compleja que nunca. Estaba el hartazgo de una ciudadanía aburrida del PSOE, la indignación de la gente ante los clamorosos casos de corrupción (EREs, cursos, Mercasevilla, puticlubs, farlopa...), o la desafección de las últimas generaciones, que han nacido y vivido en democracia y manejan imaginarios muy distintos a los de sus padres. Pero también la normalización de los paleoconservadurismos reseteados y transformados en nueva doctrina de ruptura, la globalización de tal fenómeno en paralelo al desplome de la socialdemocracia (y de la democracia social), la convergencia de todo ello con la pervivencia en España de un fondo de armario ideológico profundamente reaccionario. Y el miedo a las nuevas circunstancias socioeconómicas, la imposibilidad de prever el futuro más inmediato, el aumento de la desigualdad...

Y tres factores que destacaría sobre los demás: a) la antipolítica consagrada por los nuevos movimientos sociales, incluido el 15-M, b) la reacción patriotera y radical, desde el españolismo ultraconservador... al desafío patriotero y radical del secesionismo catalán y del izquierdismo anti-78 (pura simetría emocional e identitaria), y c) el papel de las webs de extrema derecha, redes, chats y grupos de whatsapp, donde los argumentarios fascistoides y las mentiras han adobado una intensa presencia de Vox. Casi nada.